
Es un niño de ocho años, que asiste diariamente a sus clases del cuarto grado, para muchos el más fastidioso de los seis años en que consiste la escuela primaria.
Pedro, quien solo es llamado a su casa como Pedrito, vive en un país normal, aunque en donde se ven situaciones poco convencionales, en este estado como en muy pocos lugares, todos los años se realizan elecciones y lo político, muchas veces es mas importante que lo cultural, lo deportivo o de los simples placeres de la vida.
Es un país repleto de situaciones políticas inesperadas, de acusaciones de magnicidio, de desempleo, hambre, secuestros, corrupción, fallas en los servicios públicos, esa es la nación donde vive Pedrito.
A Pedrito eso poco le interesa, aunque muchas veces se molesta, como cuando le cortan la programación de su programa favorito de las tardes, para colocar al presidente o a alguien hablando de política. Pero como todos hablan sobre eso, ha decidido unirse a ellos y se lanzara para alcalde en las próximas elecciones.
Elegió lanzarse porque escucho a sus padres decir que “La escogencia del alcalde esta difícil” y el, como era muy popular en su escuela estaba seguro que podía ser ganador, por eso decidió empezar a realizar su “campaña” como le dicen los grandes.
Dibujo en su cuaderno en letras muy grandes “Pedrito Alcalde” y comenzó a colorearlo, al otro día ya le estaba diciendo a todos sus amigos en la escuela que se iba a lanzar.
Un día se formo un alboroto a la hora del recreo, todos los niños estaban alrededor de Pedro quien montado encima de un pupitre y con su hoja con el nombre coloreado vociferaba un discurso “Queremos mas horas de recreo” “Que nos dejen ver comiquitas” y “que nos podamos traer pelotas a la escuela” eran unas de las consignas que se escuchaba, mientras los niños aglomerados gritaban “Pedrito Alcalde”.
La maestra al darse cuenta del alboroto se acerco y compartió con algunos profesores, quienes junto a ella, se reían de tal acontecimiento; pero la educadora sabia que Pedrito no era un niño como cualquier otro y por eso decidió hablar con su alumno, a la hora de la salida.
Pedro salió muy contento del colegio, después de haber disfrutado un gran triunfo en su primer día de campaña, ya pensaba que mañana tenía que hacer lo mismo y se sentía un poco cansado, ¿Cómo harán los grandes para no cansarse? Se preguntó.
Antes de salir, escucho el grito de la maestra que lo llamo para conversar un rato, y le preguntó que había sido eso de esta mañana, a lo que respondió que se trataba que quería ser Alcalde.
Julieta, como se llamaba su educadora, aunque no era tan romántica como aquella novia de Romeo, trato de explicarle de una forma sutil, porque no podía aspirar a la primera magistratura de su municipio.
Es una tarea de la gente grande, eres muy pequeño, debes ir quemando etapas, tienes madera de líder, vas a llegar muy lejos… fueron algunas de las frases que quedaron en la memoria de Pedro después de aquella conversación.
Un poco triste regreso a casa, sus padres al verle la cara, preguntaron que había pasado en la escuela, Pedrito les enseño el cuaderno, paso a paso les fue explicando su exitosa mañana con la campaña y luego su conversación con la maestra.
Su padre, luego de reírse, hablo enserio y le explico que no podía ser alcalde porque no era corrupto ni ladrón, “Esa gente hijo son políticos, son mentirosos, ladrones, corruptos, engañan a la gente, hipócritas y solo piensan en ellos mismos”.

Luego de esto la madre se altero, gritándole a su esposo, porque le decía eso al niño, quien quedo completamente contrariado y preguntó porque necesitaba ser mentiroso para ser alcalde ya que le habían dicho que mentir y robar era malo… tenia que ser un niño malo para poder ser candidato entonces.
Manuel como se llama el hombre de la casa, intento explicarle que todo eso estaba malo, pero que la gente grande, los políticos lo hacían, Pedrito entonces dijo que cuando fuera grande seria mentiroso, ladrón y corrupto para poder ser alcalde, aunque tendría que olvidarse de todo lo que le han enseñado en la escuela.
La madre trato de hacerlo cambiar de opinión, diciéndole que siendo buena persona también podría ganar, pero su hijo le reclamo que porque entonces siempre escuchaba a la gente diciendo que todos eran malos y mentirosos, por lo que Pedrito termino diciendo que así será cuando grande, para lograr ser un buen político en mi país.
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